Los octópodos (Octopoda, del griego ὀκτώ oktṓ 'ocho' y
‒́podo 'pie')23 son un orden de moluscos cefalópodos octopodiformes conocidos
comúnmente como pulpos. Al igual que otros cefalópodos, el pulpo tiene simetría
bilateral, con la boca y el pico situados en el punto central de sus ocho
extremidades. Su cuerpo blando puede cambiar rápidamente de forma y textura,
permitiendo que el animal se escurra a través de pequeños conductos o grietas.
Arrastra sus ocho apéndices detrás de sí cuando nada; el sifón se utiliza tanto
para respirar como para la locomoción, expulsando un chorro de agua. Un sistema
nervioso complejo y una vista excelente sitúan a los pulpos entre los
invertebrados más inteligentes y de mayor diversidad conductual.
Sus hábitats comprenden diversas regiones del océano:
arrecifes de coral, aguas pelágicas y el fondo marino; algunas especies viven
en la zona intermareal y otras en la abisal. La mayoría de las especies crecen
y maduran rápido y son de vida efímera; no suelen pasar de los dos años.
Durante la reproducción, el macho utiliza un brazo especialmente adaptado para
depositar un paquete de esperma directamente en la cavidad paleal de la hembra,
después de lo cual sufre una rápida senescencia y muere. La hembra coloca los
huevos fertilizados en una madriguera y los cuida hasta que eclosionan, y
entonces también ella muere. Para defenderse de los depredadores, los pulpos
emplean estrategias como la expulsión de tinta, el camuflaje y el comportamiento
deimático. Tienen la capacidad de impulsarse velozmente a través del agua y
esconderse, e incluso engañar a otros animales. Todos los pulpos segregan algún
tipo de veneno, aunque solo nos consta que pueda ser mortal el del pulpo de
anillos azules.
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